Productora colombiana Monica Hernández Duquino logró que "Adiós al amigo" se proyecte en 30 salas nacionales de 21 ciudades
- por © Redacción-PRODUCCIONLATINA.com

"Adiós al amigo" se está proyectando -desde el pasado 7 de agosto- en 30 salas de 21 ciudades colombianas. Tras el proyecto está la productora Mónica Juanita Hernández Duquino, cofundadora de La ContraBanda SAS, quien ha logrado ese hito luego de ganar el premio del Público en Cartagena de Indias. Después de años trabajando como asistente de dirección en producciones como "Pablo Escobar: El Patrón del Mal" y "La reina del flow", ahora Hernández tiene su nombre en los créditos de una película que ha logrado algo inusual para una producción independiente colombiana.
"Esta película no solo fue hecha desde la región, fue hecha con la región", dice Hernández. La frase resume su manera de entender el cine. Nacida en Boyacá, comenzó su carrera cargando equipos y tomando notas en sets de grabación. Hoy, a sus 38 años, es una de las productoras más activas del cine regional colombiano.
"Adiós al amigo", dirigida por Iván David Gaona, es un western ambientado en 1902, durante los últimos días de la Guerra de los Mil Días. La historia sigue a un soldado revolucionario que emprende un viaje para encontrar a su hermano, acompañado por un fotógrafo que busca venganza. Filmada en el Cañón del Chicamocha, la película mezcla paisajes desolados con una narrativa que habla de las heridas que dejó el conflicto.
Para Hernández, el proyecto era personal. En 2018, junto a Gaona, había fundado La ContraBanda SAS, una productora con base en Santander. "Trabajamos con actores naturales, con comunidades que nunca habían participado en una película", explica. El proceso no fue fácil. Conseguir financiación para un western colombiano —género casi inexistente en el país— requiso insistencia. El Fondo para el Desarrollo Cinematográfico (FDC) apoyó parte de la producción, pero faltaba lo más difícil: la distribución.
"En Colombia, las salas comerciales suelen priorizar películas extranjeras o producciones locales con nombres conocidos", comenta Hernández. Sin embargo, el recorrido por festivales como los de Varsovia y Tokio, además del premio del público en el FICCI, ayudó a convencer a exhibidores. El resultado: 218 funciones semanales en cines de Bogotá, Medellín, Cali y otras ciudades, incluyendo municipios como San Gil y Salento.
Pero el cine no es el único frente en el que trabaja Hernández. Desde 2015 dirige el FICTU, un festival que ha convertido a Tunja en un punto de encuentro para el cine independiente. También creó El Doble Poder SAS, productora desde la que ha dirigido cortometrajes como "Zapatillas" (2019) y "Gladiolos" (2024), historias centradas en la vida rural de Boyacá.
En 2020, junto a otras mujeres del sector, fundó RecSisters, un colectivo que busca combatir el acoso y la discriminación en la industria audiovisual. "Hemos trabajado en protocolos para que los sets sean espacios seguros", dice. Mientras habla, revisa el avance de su próximo proyecto: "Acordeonera mayor", un documental sobre mujeres que compiten en el Festival Vallenato.
"Adiós al amigo" es solo una parte de un trabajo más amplio. Para Hernández, el cine no se reduce a estrenos o premios. "Se trata de contar historias que de otra forma no se escucharían", dice. Esa idea parece guiar cada uno de sus proyectos, desde los cortometrajes filmados en Arcabuco hasta las discusiones sobre equidad en RecSisters.
Mientras la película se proyecta en salas, ella ya está en la postproducción de "Luis Tercero" (2026), otro largometraje producido en Bucaramanga. No hay tiempo para celebraciones prolongadas. En el cine independiente, cada estreno es apenas el comienzo de la siguiente batalla.
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"Esta película no solo fue hecha desde la región, fue hecha con la región", dice Hernández. La frase resume su manera de entender el cine. Nacida en Boyacá, comenzó su carrera cargando equipos y tomando notas en sets de grabación. Hoy, a sus 38 años, es una de las productoras más activas del cine regional colombiano.
"Adiós al amigo", dirigida por Iván David Gaona, es un western ambientado en 1902, durante los últimos días de la Guerra de los Mil Días. La historia sigue a un soldado revolucionario que emprende un viaje para encontrar a su hermano, acompañado por un fotógrafo que busca venganza. Filmada en el Cañón del Chicamocha, la película mezcla paisajes desolados con una narrativa que habla de las heridas que dejó el conflicto.
Para Hernández, el proyecto era personal. En 2018, junto a Gaona, había fundado La ContraBanda SAS, una productora con base en Santander. "Trabajamos con actores naturales, con comunidades que nunca habían participado en una película", explica. El proceso no fue fácil. Conseguir financiación para un western colombiano —género casi inexistente en el país— requiso insistencia. El Fondo para el Desarrollo Cinematográfico (FDC) apoyó parte de la producción, pero faltaba lo más difícil: la distribución.
"En Colombia, las salas comerciales suelen priorizar películas extranjeras o producciones locales con nombres conocidos", comenta Hernández. Sin embargo, el recorrido por festivales como los de Varsovia y Tokio, además del premio del público en el FICCI, ayudó a convencer a exhibidores. El resultado: 218 funciones semanales en cines de Bogotá, Medellín, Cali y otras ciudades, incluyendo municipios como San Gil y Salento.
Pero el cine no es el único frente en el que trabaja Hernández. Desde 2015 dirige el FICTU, un festival que ha convertido a Tunja en un punto de encuentro para el cine independiente. También creó El Doble Poder SAS, productora desde la que ha dirigido cortometrajes como "Zapatillas" (2019) y "Gladiolos" (2024), historias centradas en la vida rural de Boyacá.
En 2020, junto a otras mujeres del sector, fundó RecSisters, un colectivo que busca combatir el acoso y la discriminación en la industria audiovisual. "Hemos trabajado en protocolos para que los sets sean espacios seguros", dice. Mientras habla, revisa el avance de su próximo proyecto: "Acordeonera mayor", un documental sobre mujeres que compiten en el Festival Vallenato.
"Adiós al amigo" es solo una parte de un trabajo más amplio. Para Hernández, el cine no se reduce a estrenos o premios. "Se trata de contar historias que de otra forma no se escucharían", dice. Esa idea parece guiar cada uno de sus proyectos, desde los cortometrajes filmados en Arcabuco hasta las discusiones sobre equidad en RecSisters.
Mientras la película se proyecta en salas, ella ya está en la postproducción de "Luis Tercero" (2026), otro largometraje producido en Bucaramanga. No hay tiempo para celebraciones prolongadas. En el cine independiente, cada estreno es apenas el comienzo de la siguiente batalla.
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