Colaboración: Lilia Mendoza escribe sobre el "talento natural" y la profesionalidad de los actores

por © PRODUCCIONLATINA.com
Lilia Mendoza
Por Lilia Mendoza *      

A todos mis amigos y colegas actores y actrices, (con o sin estudios de escuelas, talleres o perfeccionamientos actorales), con experiencia o trayectoria que les ha ido dando las herramientas y la madurez para desempeñar su profesión en México y que en los últimos tiempos de Likes, Redes Sociales e Influencers y por los acontecimientos vividos no sólo por el #FenómenoRoma sino desde hace años con shows como "La Academia" y sus nuevos actores, YouTubers y blogueros protagonistas de series y telenovelas incluida #XVRubi, "gente real" haciendo publicidad y protagonizando películas, etc... (sólo por mencionar algunos casos) y que quizá se han estado cuestionando:

- Si ser actor se nace o se hace
- Si una nominación o un premio los "avala" o no como buenos o malos, como simplemente actores o actores "naturales"
- Si entonces tiene sentido o no ser actor y prepararse para ello
- Si deben invertir o no tiempo y dinero en sus cuentas de Redes Sociales, en contratar un RP que por 7-10 mil mensuales les conseguirá notas de prensa, portadas de revistas, entrevistas en programas de radio y tv y accesos a los mejores eventos para tener su pasarela por la alfombra roja
- Si para ir a esa alfombra roja habrá que también invertir en el #Outfit y que si tal vez fueran más famosos un patrocinador podría querer vestirlos
- Si lo que ya les hace falta es un manager que "impulse su carrera" y les consiga mejores personajes y presupuestos, pero que primero hay que tener "cierta trayectoria" para poder ser un "producto vendible" y los quieran incluir en sus agencias y carpetas
- Si al exponer su sentir se les considera "envidiosos" o hasta "antipatriotas" "racistas" etc... y por eso mejor ni opinan para no terminar siendo no sólo "odiados" sino hasta considerados "actores resentidos"...

A todos los actores en general que trabajamos con emociones y sensibilidad...

Los invito fuera de "romanticismos artísticos" a ver la película de los hermanos Coen "The Ballad of Buster Scruggs" y poner Especial atención a la historia protagonizada por Liam Neeson y Harry Melling, que en un corto pero sustancioso y bello cuento, que nos muestra el verdadero significado de la #Sobrevivencia, de #LaOfertaYLaDemanda.

Quizá alguno se sienta identificado, triste, ofendido, frustrado o decepcionado con esta "metáfora", pero es posible les ayude a replantearse cada uno, por qué decidió ser actor, por qué continuar preparándose, qué sentido tiene o no rendirse? ...

No nos tocó vivir en la época del Cine de Oro donde ninguno era "actor profesional" y sin embargo había muchas películas y oportunidades para que las tablas y el set los fueran formando; a muchos tampoco nos tocó nacer en familia de actores y que desde pequeños hayamos heredado no sólo el talento y la disciplina, sino el apellido que en otros tiempos quizá abriría puertas.

Ya tampoco estamos en la época en la que se profesionalizó al actor y para poder aspirar a un buen proyecto de teatro o cine era indispensable contar con un CV con estudios básicos y de preferencia la carrera terminada y más si no dabas "perfil para protagonizar" (güeros, ojos claros)...

En lo personal extraño a Margules quien no nos permitía hacer audiciones mientras fuéramos "actores en formación" diciéndonos que hacerlo sería "como si te dejaras hacer una cirugía de corazón por un pasante". Extraño esos tiempos en que nos enseñó a ser "naturales" con herramientas no sólo para vivir y sentir el personaje creado, sino para saber dejarlo una vez concluido el "quehacer escénico", tiempos en los que él mismo daba clases de Dirección de actores en el CCC a estudiantes de cine, tiempos en los que la disciplina, la dedicación, el estudio, los ensayos, la perseverancia, los rechazos, la paciencia y un sin fin de herramientas, darían cimientos al talento por pulir, tiempos en los que ser actor era más que ser nosotros mismos sino que había que aventarse al abismo de nuestras entrañas para sentir y entonces poder transmitir y hacer vibrar al espectador...

Esos tiempos ya no volverán, pero quienes tuvimos la fortuna de vivir y aprender sobre esos cimientos hoy podemos sentirnos orgullosos de ser.

Yo, hoy más que nunca estoy muy orgullosa de mi preparación, de mis maestros no sólo en la escuela, sino en cada puesta en escena y cada secuencia filmada; orgullosa de todos los talleres que he tomado y los que he impartido por que no dejo de seguir aprendiendo; me siento bendecida y honrada por mi trayectoria que me ha sostenido donde estoy, que me da un lugar en la medio donde desempeño mi pasión, mi profesión...

Quizá no me conoce todo mundo, quizá no me piden "autógrafos" a mi paso, quizá muchos productores y directores no saben ni quien soy ni que he hecho como actriz, quizá algún día tenga o no, una nominación o un premio, quizá algún día me convierta en un "producto más vendible" o decida sólo seguir haciendo lo que mejor sé hacer, trabajar.

Pero lo que hasta hoy tengo, es la firme certeza de que quien ha visto o compartido o ha sido cómplice de mi trabajo, puede opinar de mi lo que quiera les guste o no el resultado, me consideren "buena, mala o regular", todo eso me sigue manteniendo aquí, con mi autenticidad, con mi disciplina en cada proyecto, con mis emociones y sentimientos honestos puestos en cada personaje. Porque algo que aprendí muy bien de Margules es que aunque para unos "eresh una miegda" (léase con el tono de Ludwik), para otros eres el #ElMejoractor ... Pero al final toda esa "aprobación" y "fama" son relativas y sólo nos quedaremos con lo que desde nuestro interior compartimos y si tocamos algo o no en el espectador sé queda ahí y quizá, sólo quizá algún día trascienda y se quede en algún corazón.

#RenovarseOMorir es decisión personal... por cierto, pueden ver la peli en #Netflix de verdad ojalá puedan verla...

(*): La reconocida actriz mexicana Lilia Mendoza, que ha participado en películas como "Oso polar", "El vigilante" o "Casi divas", y las teleseries "Sitiados", "Un día cualquiera" y "Hasta que te conocí", entre otras, reflexiona en este artículo sobre la permanente controversia entre la actuación "natural" y la "profesional".

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