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La celebración de la Fiesta de Nominados a los Premios Goya 2019, este pasado lunes, transformó las paredes del Teatro Real en una auténtica casa del cine, en la que el realizador Chico Ibáñez Serrador se convirtió en protagonista tras recibir, a manos del presidente de la Academia, el Goya de Honor en su 33 edición. "Este Goya puede a los demás y, sobre todo, puede hacer que nunca olvide esta recepción y a tantos profesionales y amigos como están esta noche con nosotros", dijo el veterano director y guionista de cine y televisión, hijo del recordado actor Narciso Ibañez Menta.

Tras una serie de bienvenidas y agradecimientos, Mariano Barroso, presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, dio comienzo al evento entonando un conmovedor discurso que alababa la labor de los y las profesionales de la industria del cine español.  

"Esta es vuestra fiesta, la de todos los que estáis nominados. Ha sido un año de orgullo para el cine que se hace en España, películas muy diferentes que representan la variedad de nuestra cinematografía", explicaba en su discurso.

Tras dirigirse a ellos, y con tono jocoso a la necesidad de ser breve en los discursos de agradecimiento, encaminó sus palabras enfocándolas a la verdadera estrella del encuentro, el director y cineasta Chicho Ibáñez Serrador, quien con solo dos películas en su bolsillo ha conseguido hacer historia.

"Chicho, sólo has hecho dos películas y mira la que has liado con dos películas. Lo que pasa es que no son dos películas cualquiera, son dos películas que suponen la punta del iceberg de toda tu obra y de todo un legado en nuestra ficción", continuaba Barroso.

Honrando su imponente trayectoria profesional, el director de "La residencia" y "¿Quién puede matar a un niño?" fue galardonado con el Goya de Honor, siendo la segunda vez que se hace entrega de esta estatuilla de forma previa a la gala oficial por querer proteger del estrés al premiado, quien, a sus 83 años, tiene complicado acudir al evento del próximo 2 de febrero.

"A partir de esas películas se han formado varias generaciones de cineastas y a muchos de nosotros nos has descubierto géneros y lenguajes que seguimos usando y reivindicando a día de hoy. Nos has enseñado el poder del silencio y el del grito, de la expectación y del susto, pero también del entretenimiento como una forma elevada de creación".

Una vez recibido, Ibáñez agradeció la recepción del premio de manera poco usual, pues optó por empezar sus agradecimientos narrando una anécdota que remontaba a varios años atrás.

"Cogí una llamada de teléfono de una persona cuyo nombre prefiero obviar, que me dijo 'Chicho, tienes que hacernos un favor. Tú sabes que vamos a inaugurar la Academia del Cine y quiero que nos des ideas para el premio'. Y di la idea. Al cabo de unas semanas, me llamaron de nuevo para mostrarme lo que habían hecho. Era un busto de Goya, pero, por detrás, había un botoncito, y al darle al botoncito salía un abanico con una musiquita de caja de música que tocaba un paso doble", anunciaba alarmado recordando su asombro mediante gestos.

"Piénsenlo, imaginen al señor Goya… Yo me quedé mirando aquel Goya y me fui, y no volví, quizá por eso esta sea la primera noche que vuelvo a este hogar de profesionales, porque a don Francisco ya le han desabanicado", explicaba entre risas.  

Seguidamente, tras una oleada de aplausos de sus compañeros y compañeras, el acto concluía dejando una fuerte expectación para la gala oficial, fechada para el próximo 2 de febrero en Sevilla y en la que participarán un total de 168 nominados y nominadas de todos los ámbitos de la industria del cine español.

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